EL LEGADO DE SAN AGUSTIN

Los tesoreros fueron los primeros que descubrieron estas esculturas, tumbas y cerámicas, en la época colonial. Sin embargo algunos no le daban mucha importancia y no todos lo vieron como algo bueno, Juan de Santa Gertrudis, pensaba que eran frailes y obispos creados por el demonio. 

 

Pero no todos pensaban eso de ellas; muchas de estas estatuas fueron visitadas y valoradas por viajeros y cintíficos, como Francisco José de Caldas, Agustín Codazzi con la comisión corográfica y Carlos Cuervo Márquez.

Más adelante, algunas de estas estatuas se encontraban en calles, plazas, casas y mercados de San Agustín, dispersos en estos sitios, y pertenecían  a la parte cotidiana del municipio. 

Entre los años 1936 y 1966, excavaron varios yacimientos monumentales, en los que sobresale 'El lavapatas' y sitios funerarios y de vivienda. Realizaron varias investigaciones, con material cerámico, para tener o proponer una idea clara sobre la secuencia arqueológica. Así poco a poco, fueron teniendo una idea clara sobre su secuencia, su origen y otros.

Hoy en día, las estatuas encontradas se ubican en el Parque Arqueológico de San Agustín, estando así más seguras y asegurando su duración y conservación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Estas estatuas fueron talladas en piedras gigantes. Probablemente fueron los indígenas quienes las tallaron, pero ellos, cuando Juan de Santa Gertrudiz pisó tierra, no tenían el material requerido para tallar piedras tan grandes. Se desconoce un poco la historia de cómo fueron talladas esas piedras, a esto se le debe el nombre que le dan muchas personas: 'Las misteriosas esculturas de San Agustín'. Pero entonces, ¿fueron verdaderamente los indígenas quienes las tallaron? En la siguiente imagen podemos apreciar lo cuidadosamente que fue hecha esta estatua.